La Confederación Nacional del Trabajo presenta el miércoles 19 de
diciembre en Argentina denuncia contra los crímenes del franquismo,
dentro del proceso que se tramita en ese país contra el genocidio
cometido por el régimen desde 1936 hasta 1977. De este modo la CNT-AIT
se suma a las acciones emprendidas ante los juzgados argentinos por
parte de familiares de asesinados y desaparecidos, asociaciones de
recuperación de la memoria histórica y demás entidades personadas en el
procedimiento.
La CNT pretende así sacar a la luz la represión sufrida por la
organización y el Movimiento Libertario desde el golpe militar del 18 de
julio de 1936 hasta la promulgación de la ley de amnistía de 1977, una
ley que pretende pasar página a los más de 40 años de un régimen
instaurado por la fuerza y basado en la violencia física y social. Su
máximo dirigente y ejecutor, el general Francisco Franco, contó para
ello con la colaboración de diferentes sectores militares, financieros,
políticos y eclesiásticos católicos, todos ellos implicados en la
autoría y dirección del golpe.

La CNT entiende que esa Ley de Amnistía incumple de modo flagrante
la normativa internacional, especialmente en lo que atañe a los
capítulos de genocidio y desaparición forzada. Coincide en ello con la
Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos
Humanos, que pidió formalmente el pasado 10 de febrero su derogación al
Gobierno de España, por entender que incumple la normativa internacional
sobre Derechos Humanos e impide en particular, entre otros, el derecho
de reparación.
Personada como denunciante, la central anarcosindicalista aporta
miles de nombres de sus militantes represaliados por el franquismo,
testimonios y declaraciones de testigos presenciales y supervivientes,
así como documentación relativa al expolio e incautación de bienes
muebles, inmuebles y cuentas bancarias pertenecientes a la CNT.
A lo largo de sus trescientas páginas, la denuncia de CNT desglosa
los capítulos de la represión sufrida por el anarcosindicalismo desde
los primeros momentos del golpe hasta los encausados en el famoso TOP
(Tribunal de Orden Público), pasando por los asesinados, desaparecidos y
torturados, los campos de concentración, los batallones de trabajo y
las fosas comunes que el estado español sigue aún sin reconocer y
dignificar.
La CNT-AIT proclama pública y enérgicamente frente a un olvido
cómplice, su deseo e interés por poner de manifiesto y difundir el
desastre que supuso la instauración del franquismo, así como los
desgarradores impactos que generó a la organización confederal ser cebo
preferente de la acción represiva de dicho régimen totalitario durante
decenios. Un balance objetivo de lo relatado, transcurridos ya casi tres
cuartos de siglo del golpe militar y una vez consultada la numerosa
bibliografía especializada sobre la Guerra Civil española, arroja las
siguientes dramáticas cifras, algunas de ellas basadas incluso en
fuentes oficiales del gobierno franquista: 50.000 fusilados, 73.000
asesinados en retaguardia, 30.000 desaparecidos, 500.000 internos en
campos de concentración, 10.000 fallecidos en campos de concentración,
300.000 encarcelados y un número indeterminado de violaciones, raptos y
robo de niños.
Los inductores y responsables directos del golpe planearon con
detalle no sólo el push militar, si no una verdadera estrategia de
terror que quedó plasmada en diferentes documentos ideológicos,
estratégicos y tácticos que la CNT cita en su denuncia. En la misma se
exponen datos sustanciales corroborados tanto oral como documentalmente
por parte de investigadores de la propia CNT-AIT, profesores
universitarios y publicaciones al efecto realizadas por grupos de
investigación de memoria histórica, en las que se han barajado
documentos oficiales, declaraciones personales e informaciones
procedentes de represaliados y familiares, que muchas veces ni constan
en el corpus legal ni en los registros de la propia administración.
El informe no es ni pretende ser exhaustivo en este punto, pero si
es fiel reflejo y traza indicativa de la realidad que ocurrió en todo el
territorio español. Por ello se ha optado por presentar series
estadísticas de la represión a miembros de la CNT-AIT y movimiento
libertario, en diferentes provincias o regiones muy significadas desde
el primer momento del golpe militar por la virulencia de su actuación,
proceso en el que destaca la indefensión jurídica de los encausados, el
violento maltrato y segregación del que fueron objeto ellos y sus
familiares, la ocultación de la llamada represión directa con asesinatos
sin previo juicio, los llamados “paseos” o asesinatos indiscriminados
por parte de los cuerpos policiales y militantes extremistas de Falange o
Requetés, las “sacas” de las cárceles para proceder al asesinato de
presos mediante falsas liberaciones o la “ley de fugas”, multas e
incautación de bienes y enajenación del patrimonio sindical, generándose
así un estado de terror y miedo entre la población, a la que se le
ocultó la existencia de numerosos fosas que hoy día siguen aflorando en
un mapa que afecta a todo el país. Una parte significativa de dichas
fosas, cunetas, cuevas, minas, desfiladeros, etc., en los que fueron
abandonados los cuerpos de muchos de los represaliados siguen sin ser
catalogadas ni mucho menos exhumadas, pese a existir una inoperante Ley
de Memoria Histórica promulgada el 31 de octubre de 2007, que obliga en
la práctica a familiares, entidades afectadas y grupos de memoria
histórica a buscar por su cuenta recursos para proceder a la exhumación
de los restos, contando en muchos ocasiones con una mínima colaboración
judicial para permitir las mismas.
En los casos en los que ha sido posible, con una fiabilidad estimada
superior al 95 %, la información contenida sobre represaliados ha sido
verificada con índices onomásticos de la Causa General, del Tribunal
Nacional de Responsabilidades Políticas, de la Comisión Liquidadora de
Responsabilidades Políticas, del Tribunal Especial para la Represión de
la Masonería y el Comunismo, del Juzgado Especial de Peligrosidad Social
y del Ministerio de Justicia-Dirección General de Prisiones,
complementándose con el cotejo de los informes de defunciones
procedentes de Registros Civiles y libros de defunciones de cementerios.
La represión ocurrida de 1966 a 1977 puede cotejarse a nivel judicial
con la documentación del Tribunal de Orden Público T.O.P. (creado el 2
de diciembre de 1963 y disuelto el 4 de enero de 1977), aunque aquí la
dificultad es mayor, ya que la administración al existir encausados con
vida, entorpece mucho su consulta. Parte sustancial de la investigación
de este período está por hacer, ya que los plazos legales en muchos
casos aún no han transcurrido, aunque muchos familiares de los
represaliados en segunda, tercera o incluso cuarta generación así lo
estén demandando desde hace tiempo. Fueron años en los que el Estado
demostró una gran pericia en la infiltración en unos medios confederales
muy debilitados tras la guerra y la posguerra, tanto como en prácticas
de intoxicación y desprestigio del Sindicato, previas a procesos de
escisión auspiciados desde instancias del poder a cuyo frente se
encontraba, entre otros, el que fue ministro franquista de Interior
Rodolfo Martín Villa, que destacó por ostentar altos cargos dentro del
régimen como Ministro de Relaciones Laborales, Procurador en Cortes o
Jefe Provincial del Movimiento de Barcelona.
En cuanto al expolio de los bienes del patrimonio sindical, reflejo
del esfuerzo de sus militantes por crear una red de sedes sindicales,
cooperativas, ateneos libertarios, escuelas racionalistas,
colectividades económicas, comedores, etc., la CNT-AIT sigue
reivindicando al Estado español un volumen significativo del mismo,
parte del cual fue enajenado violentamente por el franquismo.
La CNT-AIT como organización sindical emblemática dentro de la clase
obrera española en el momento del golpe militar y predominante en el
espectro laboral en muchas provincias, contaba con cerca de 1.700.000
afiliados, cifra que luego durante el conflicto civil creció con la suma
de nuevos adherentes. Dicha posición sumada a sus tradicionales
planteamientos de defensa del trabajador, del desfavorecido, del apoyo
mutuo y del internacionalismo, determinó ser objeto de un ataque
selectivo y deliberado por parte de los grupos más reaccionarios
procedentes del estamento político, militar o religioso, teniendo
continuidad dicha actuación hasta incluso concluida la denominada
“transición política” al actual modelo de monarquía parlamentaria, en
los años ochenta del siglo precedente.
Cumple decir con orgullo y tristeza que una buena parte de las cifras
indicadas está nutrida con miembros de la CNT-AIT, que la propia
organización estima en una cifra no inferior a un tercio de los
fusilados, asesinados, desaparecidos, prisioneros y encarcelados por
el régimen franquista. Las dificultades, pasadas y actuales, en el
acceso a fuentes de información relativas a la represión del régimen
franquista, junto al desinterés e indolencia cuando no desidia del
Estado español en afrontar un proceso de memoria histórica que
reivindique el reconocimiento y buen nombre de todos los represaliados,
se presenta como una labor urgente a realizar.
La CNT trata ahora de intensificar las acciones para conseguirlo
promoviendo la mayor difusión posible acerca de la represión durante el
franquismo, de modo que las generaciones futuras bien informadas de lo
ocurrido puedan rechazar ese tipo de planteamientos de barbarie. La
Confederación pretende estudiar en profundidad y poner de relieve los
impactos de la represión franquista, hasta ahora nada bien conocidos en
su integridad, recuperar la verdadera memoria de todos los que
dieron su esfuerzo y su vida por la libertad, impedir la
tergiversación de la historia real, recuperar el buen nombre de unas
víctimas olvidadas muchas veces anónimas y destacar el ejemplo
desinteresado de todos los confederales y libertarios en general que
se opusieron a la dictadura. Nuestros objetivos no pueden ser otros
que romper el miedo que todavía se encuentra asentado en la
sociedad española en relación con la memoria histórica, quebrar
los múltiples obstáculos que desde la administración se ponen a la
investigación en dicha temática y difundir entre la población,
especialmente entre las nuevas generaciones, el magnífico y generoso
esfuerzo que realizaron aquellos que lucharon por un futuro libre de
tiranías.

Secretaria de Cultura
Secretariado Permanente del Comité Confederal
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