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Los primeros días de la huelga convocada por la sección sindical de la CNT en WFS Barcelona han dado muchísimo de sí. Tanto aferrarse al silencio, negarse a negociar, hacerle el vacío a la sección sindical, hasta que la dirección de la empresa por fin se posicionó. Y lo hizo de una forma muy propia y digna de un Oscar de Hollywood. Coincidiendo con el primer día del paro publicó un comunicado dirigido a la plantilla, declarando la huelga convocada manifiestamente ilegal.

Sorprendentemente, los directivos de esta empresa no sólo optaron por apropiarse de facultades que bajo ningún concepto le corresponden, como el hecho de determinar la legalidad o ilegalidad de una huelga. También interpretaron de forma muy particular la fijación de los servicios esenciales, designando a trabajar al 70% de la plantilla, incluidos algunos miembros del comité de huelga. Sobra remarcar que los servicios esenciales se incumplen descaradamente ya que la intención de producir a pleno rendimiento es más que evidente.
A pesar de la actitud coercitiva y vulneración del derecho fundamental de huelga por parte de la empresa un día sí y otro también, la presión ejercida por la sección sindical ha dado sus primeros frutos. La primera semana del paro coincidió con la fecha de juicio de uno de los compañeros despedidos. El resultado – el reconocimiento de nulidad del despido por parte de WFS BCN y el abono de indemnización correspondiente al trabajador. Así que, en el aeropuerto del Prat, la huelga y actividad de la mencionada sección sindical sigue yendo viento en popa, dando una lección de dignidad a muchos trabajadores y trabajadoras y recordando que todavía hay dos compañeras despedidas y en espera de recuperar su puesto de trabajo.
Entrevistamos a Tatiana miembro del comité de huelga, para que nos explique las bases de este conflicto.

La lucha contra el desempleo se junta en esta ocasión, con la lucha por la libertad sindical. Tres trabajadores de WFS Barcelona, empresa dedicada a servicios aeroportuarios, ha despedido a tres trabajadores/as de la sección sindical de CNT, que se señalaron durante una huelga en solidaridad contra otro compañero despedido hace dos meses y medio. En respuesta, los trabajadores y trabajadoras afiliados a la CNT han convocado una huelga como protesta que se extenderá hasta principios de agosto.
– ¿Puedes explicarnos brevemente a qué se dedica WFS y cómo se gestiona, cuántos trabajadores tiene y en qué tipo de contratos tienen sus empleados?WFS funciona como un almacén aduanero. Ofrece servicios a las compañías aéreas en cuanto a gestión y almacenaje de carga aérea de importación y exportación. Recepcionamos la mercancía y siguiendo criterios y normas de seguridad aérea la preparamos físicamente y documentalmente para el transporte en el avión, por carretera si se da el caso o para que sea liberada en la aduana y retirada de almacén. A diario se maneja mucha mercancía y muchos datos, es un trabajo que requiere constante aprendizaje y el ritmo es elevado.

En España hay tres centros de trabajo, Barcelona, Madrid y Valencia, siendo los dos primeros los más relevantes. En nuestro centro de Barcelona la plantilla está compuesta actualmente por unas 80 personas repartidas entre oficina y almacén. En cuanto a tipología de contratos, hay trabajadores y trabajadoras con contratos indefinidos pero también hay muchos con contratos eventuales y sueldo mucho menor por el mismo trabajo realizado. Los salarios bajos provocan constante rotación de la plantilla ya que en estas condiciones es imposible adquirir compromiso con la empresa. En última instancia, quién acaba perjudicado es el cliente porque minora la calidad de servicio ofrecido.– ¿Ha existido algún tipo de conflicto o choque entre la empresa y la actividad reivindicativa de algunos trabajadores estos meses atrás?

Sí, de hecho el conflicto existe desde julio de 2011 cuando fue creada la sección sindical en WFS BCN y lamentablemente se acentúa día sí día también. La dirección de la empresa no reconoce la sección como órgano que representa a trabajadores y trabajadoras afiliadas y hay que remarcar que no la reconoce porque no quiere. Hace caso omiso a cualquier petición o reivindicación por muy sencilla y lógica que sea, como por ejemplo, que se respete el periodo de descanso, que se respete el cómputo anual establecido en el convenio del sector, etcétera. Es más, pudimos comprobar que los mandos de la empresa no tienen ningún remordimiento a la hora de ignorar incluso cualquier sentencia dictada por los juzgados a favor de los y las trabajadoras. Estas posturas dificultan extremadamente nuestra actividad sindical pero aun así, la sección ha podido crecer de forma significativa, formando aproximadamente el 30% de la plantilla.

– ¿Recibieron algún tipo de advertencia o amenaza cuando se llevó a cabo la anterior huelga?

Sí, durante la anterior huelga las amenazas por parte de los mandos de la empresa eran sobretodo verbales. Después se tradujeron en escritos “recordándonos” el régimen disciplinario y nuestras obligaciones laborales, constante observación y vigilancia de los movimientos de algunos afiliados durante su jornada laboral, impedimentos a la hora de solicitar cambio de turno, etcétera. Es un ambiente muy incómodo para trabajar y convivir, sobre todo teniendo en cuenta que como sindicalista no has hecho más que pedir lo que ya te pertenece por el trabajo realizado. También en este caso, lo único que se reivindica es que readmitan a tu compañero que conocía a la perfección el trabajo que realizaba y su experiencia sigue siendo válida y muy necesaria debido al volumen de trabajo que hay.

– Comunicar por SMS a los trabajadores que están despedidos no es un procedimiento “escrito” aceptable. Y no fundamentar las causas del despido lo hace improcedente. ¿Quiere la empresa librarse de estos trabajadores a no importa qué precio? ¿Estamos ante un despido disciplinario camuflado?

Con anterioridad, la dirección de la empresa no ha tenido ningún reparo en despedir dos veces en un año al delegado sindical, muestra más que suficiente que está dispuesta a gastarse cualquier dinero en abogados con tal de librarse de los cenetistas y sobretodo de los que son más activos. Hasta hoy, su sistemática obsesión no le ha dado ningún fruto porque en los juzgados han perdido un caso tras otro.
En cuanto a esta huelga, el compañero y compañeras despedidas llevaban trabajando muchos años en el aeropuerto, nadie nos puede convencer de que de repente se hayan convertido en malos trabajadores como alega la empresa. En realidad, secundar la anterior huelga fue lo que los puso en el punto de mira y despedirlos no fue más que una rabieta.

– La respuesta de los trabajadores, ¿cuál ha sido? (medidas de presión, de protesta al margen de la huelga, intentos de negociación y respuesta de la empresa)

La sección sindical siempre optó por vías de negociación. Se contactó varias veces con la dirección de la empresa solicitando explicaciones y causas de dichos despidos, solicitando reuniones para hablar y negociar. Nunca, nunca hubo respuesta. Ante tal hecho, los afiliados y afiliadas nos reunimos en las asambleas para debatir y decidir qué medidas a tomar y sólo hubo una vía posible, la huelga.
A posteriori, incluso con la huelga convocada detrás de la esquina hubo posibilidad de remediar la situación durante los actos de conciliación y frente a un mediador profesional. La única réplica que obtuvimos era que la huelga convocada era ilegal.

– ¿Cuáles apoyos han logrado los trabajadores entre el resto de la plantilla?

Lamentablemente, el miedo y desconocimiento hace mucho daño y la empresa se aprovecha de ello. Apoyo hay, pero frente a la coacción que ejercen los mandos para no secundar la huelga, advertencias de no renovar el contrato, promesas de dinero extra, criminalización de la sección sindical, etcétera,… el apoyo no se traduce en ninguna acción concreta, es más, aumenta el individualismo y habrá quien busca el beneficio propio del conflicto. Hay mucho descontento, pero no hay valor para dar un paso adelante. Si uno tiene contrato temporal y su renovación depende de un hilo, se puede entender hasta cierto punto. Lamentablemente pocos llegan a ampliar la vista y pensar en las mejoras que se pueden conseguir de forma colectiva. Así, los trabajadores y trabajadoras aceptan lo que hay, sin ser conscientes que en el futuro las condiciones laborales serán aún peores si a esto no se le ponen barreras. Un ejemplo muy sencillo; 5 años atrás nos quejábamos de ser mileuristas, en WFS hay trabajadores que ahora mismo cobran 800 euros trabajando 40 horas semanales. Esperar que te toque la lotería desde luego no es una salida.

– ¿Existe comité de empresa, qué sindicatos lo componen, han mostrado algún interés en estos despidos?

Existe comité de empresa cuyos miembros pertenecen al sindicato de CCOO pero actualmente sólo lo forman 3 personas, dos de ellas totalmente inoperativas e incapaces siquiera de informar sobre cosas básicas. De hecho, su pertenencia al comité se debe al cumplimiento mínimo de cuotas. Tan sólo una persona del comité apoya y secunda esta huelga, así como todas las huelgas anteriores convocadas por nuestra sección sindical.

– Qué repercusión ha tenido el caso fuera de la empresa (vinculación de otros colectivos, medios de comunicación, muestras de solidaridad, otros sindicatos, actitud de la propia CNT de Barcelona, Cataluña, España?

Para empezar, hay muchas muestras de solidaridad diarias por parte de los clientes que eran atendidos de forma regular por David, Romina y Vanessa, por lo tanto los conocían. También es destacable el apoyo mostrado por los afiliados y afiliadas a las secciones sindicales de la CNT en otras empresas del sector aéreo, empresas “vecinas” de WFS Barcelona. Finalmente, nuestra sección y varios sindicatos de la CNT que se han enterado del conflicto han hecho lo propio en difundir la información mediante las redes sociales.

– ¿Cómo veis el conflicto, qué posibilidades de readmisión contempláis, que necesitáis?

La huelga convocada tiene una duración de 21 días si es que no se soluciona el conflicto antes. No es una huelga “light” lo que pone de manifiesto el enfado y descontento acumulado. Teniendo en cuenta la forma de despedir a los compañeros y todas las vulneraciones que lleva la empresa a sus espaldas, consideramos que las posibilidades de readmisión son muy altas. La pelea por el puesto de trabajo no es fácil y conlleva mucho desgaste tanto económico como psicológico y emocional. Lo más importante es seguir reivindicando y concienciando a los compañeros y compañeras. Cuantos más trabajadores y trabajadoras sean capaces de leer e interpretar la actualidad laboral y su propia situación, mejor.