Cuando todo el sistema se hunde por su avaricia quien tiene la culpa somos los parias de la vida y nos encierran en cubículos.

Mientras, la gente mimada por el sistema disfrutan de su retiro en sus feudos con jardines, piscinas, gimnasios, gente que les sirve en sus necesidades y sus caprichos… y pese a todo esto verdaderamente ¿están recluidos o pueden salir de sus mansiones y reunirse con los de su clase cuando quieran?

La misma circunstancia se repite hoy 670 años después.

El Decámeron narra la vida de diez privilegiados que huyen a una villa alejada donde viven preservados de la muerte producida por la peste bubónica en Florencia servidos por criados que satisfacen sus más mínimos deseos, pasando la crisis en el más “dolce far niente”.

Pero ahora nos dicen que va a haber un antes y un después, que nada será igual.

¿Cambiará algo? Llevamos milenios con el sistema de yo arriba y tu abajo. ¿Van a dejar escapar de sus manos la bicoca? ¿redistribuirán la riqueza? ¿dejarán de acogotar a los trabajadores? ¿los políticos verán la luz y legislarán por el bien común y dejarán de servir a sus amos?

¡Ni en sus peores pesadillas!!

Los oficiantes del liberalismo, ahora ocultos ya que no es políticamente correcto su lema de: salvese el que pueda (el que tenga dinero), muera la solidaridad, volverán (en todos los medios de propaganda, o sea todos los medios de comunicación) a predicar los salmos del liberalismo solucionador: dejad todo lo que da beneficios en manos del mercado (ellos), los mercados son los mejores gestores (cierto, para ellos todo se resume en un único mandamiento: todo consiste en comprar barato y vender caro).

Los trabajadores serán operarios sumisos que repitan el mantra: el capital nos da de comer, el capital nos protege de nosotros mismos, el capital es dios y cuando el capital me aprieta no me ahoga.

Seguiremos con guerras donde morirán los seres inferiores mientras ellos se reparten la porción de pastel más o menos grande en la seguridad de sus guetos. ”Todas las guerras son guerras entre ladrones demasiado cobardes para luchar, que inducen a los jóvenes varones de todo el mundo a hacer la lucha por ellos.” (Emma Goldman).

Tengamos memoria esta crisis económica, como todas, la volverá a pagar la clase obrera por qué: ¿Cuanto dinero del mendigado a Europa ira a parar a necesidades sociales y cuando se distribuirá entre los ricos, bajo capa de reactivar la economía? Si dan limosna a los más necesitados, ¿de donde saldrá el dinero, del IVA, del IRPF de las nóminas, de los impuestos a los autónomos (verdaderos autónomos, no los que defienden los políticos), o de impuestos a las grandes fortunas y empresas (JA, JA).

Así será si no lo impedimos todo esto lo seguirá realizando el estado como instrumento imprescindible de la opresión, cualquier estado.

Habrá sangre, sudor y lágrimas. Pero sangre sudor y lágrimas nuestras no de ellos.

O luchamos o bajaremos un par de escalones más hacia el sótano de la miseria.

Obreros y orgullosos, ellos o nosotros.

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