Los sindicatos de CNT funcionan sin liberados ni subvenciones, nos sentimos orgullosos de proclamarlo y hacerlo.

Es una marca del anarcosindicalismo. Sin subvenciones, porque no admitimos que nadie nos mantenga, porque si alguien, estado o empresa, nos pagase de cualquier forma se nos exigiría contraprestaciones y estas no podrían ser otras que el control de las ansias de justicia social y libertad de la clase trabajadora.

Sin liberados, personas a las que se les exime o se eximen del trabajo para pasar a manejar el timón del sindicato cobrando del mismo; gente que sin estar en el mundo del trabajo pretende dirigir una estructura de defensa del mismo. Ni gente asalariada ya que esto convertiría el sindicato, con todas las consecuencias, en una empresa.

Otras organizaciones que se autodenominan sindicatos ya actúan así en nombre de la eficiencia, la modernidad y de la implementación de los objetivos. Convirtiendo esas organizaciones en entes de enormes cabezas burocráticas necesitadas de ingentes cantidades de dinero. Entes al servicio de mantener el estatus de esta burocracia dirigente y con el único afán de mantener el flujo de dinero hacia si y una clase asalariada bajo las mismas condiciones de explotación que en cualquier otra empresa. Dinero proporcionado por las subvenciones del estado-capital. A cambio de mantener a la clase trabajadora convertida en masa y como tal, manejable.

Yo no lo haría, podría decir algún ingenuo/a o espabilado/a, tu si lo harías y lo harás porque quien se decidido a recibir la sopa-boba no ha hecho ni hará nada en contra de los monjes y sus amos que cuecen y distribuyen la bazofia en forma de alimento “gratuito”, estómagos agradecidos se les llama, traidores son.

El anarcosindicalismo se hace sin clases, desde la autogestión y la solidaridad.

Por consiguiente CNT está orgullosa de que sus sindicatos no protejan, defiendan, guíen, salven a la clase trabajadora. Nuestros sindicatos no son quimeras marwellianas que defiende a la clase trabajadora desde el exterior de la misma, los anarcosindicatos son redes de solidaridad entre afiliados/as, son centros de intercambio de experiencias y conocimientos. Dedicados a la defensa y la emancipación de la clase trabajadora.

Si alguien llega a la conclusión de que hemos de contratar al superhéroe de turno para que se convierta en sindicato para salvarnos, si cree que a la fábrica de dinero se le combate con dinero, si cree que las élites proletarias nos trasladarán al paraíso de justicia social. Recordamos que ya existen otras organizaciones, algunas autodenominadas sindicatos e incluso sindicatos revolucionarios. Quien quiera, que salga en desbandada a apuntarse a ellas y la gente más espabilada, incluso, si rezan muy muy fuerte, podrían agarrase a algún mugrón del estado y mamar en el sueño de los sin conciencia. Pero que no se llamen trabajadores/as, sindicalistas ni mucho menos anarquistas si no es para engañar a la masa lotófaga dormida en su sueño de operarios de clase media.


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