Los sindicatos de CNT funcionan sin liberados ni subvenciones, nos sentimos orgullosos de proclamarlo y hacerlo.
Es
una marca del anarcosindicalismo. Sin subvenciones, porque no
admitimos que nadie nos mantenga, porque si alguien, estado o
empresa, nos pagase de cualquier forma se nos exigiría
contraprestaciones y estas no podrían ser otras que el control de
las ansias de justicia social y libertad de la clase trabajadora.
Sin liberados, personas a las que se les exime o se eximen del trabajo para pasar a manejar el timón del sindicato cobrando del mismo; gente que sin estar en el mundo del trabajo pretende dirigir una estructura de defensa del mismo. Ni gente asalariada ya que esto convertiría el sindicato, con todas las consecuencias, en una empresa.
Otras organizaciones que se autodenominan sindicatos ya actúan así en nombre de la eficiencia, la modernidad y de la implementación de los objetivos. Convirtiendo esas organizaciones en entes de enormes cabezas burocráticas necesitadas de ingentes cantidades de dinero. Entes al servicio de mantener el estatus de esta burocracia dirigente y con el único afán de mantener el flujo de dinero hacia si y una clase asalariada bajo las mismas condiciones de explotación que en cualquier otra empresa. Dinero proporcionado por las subvenciones del estado-capital. A cambio de mantener a la clase trabajadora convertida en masa y como tal, manejable.
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